Segun David Bowie, Hitler fue el primer popstar. Para algunos Cristo es la máxima leyenda de la datasfera. Ahora, todo indica, es el turno de Barack Hussein Obama (McCain lo comparaba con Paris Hilton pero tal vez se quedaba corto). Mucho peso, en una persona normal, el peso de los sueños de un planeta. Pero es posible, entonces, que Obama no sea una persona normal, es decir, no sólo alguien extraordinario, carismático, inteligente, cool, coyuntural: sigamos el libre tren del internet, la descarga desiderativa (y por que no fánatica) rayante del misticismo que millones de testas empujan y recogamos un hilo. ¿Es Barack Obama la reencarnación de Abraham Lincoln? Es Obama un avatar de políticos libertadores, de energías cósmicas encarnadas, en un mundo ávido de trastocar lo ordinario con una espiritualidad border.
Algunos internautas así lo piensan. Como generalmente ocurre en estos casos la evidencia está lejos de ser conclusiva. Lo que más motiva la teoría de la reencarnación Obama_Lincoln, es un principio de la transmigración que supone que las almas reencarnan para concluir los trabajos pendientes de sus vidas: de esta forma Obama sería el broche de oro de la abolición de la esclavitud de Lincoln, la concrescencia de un impulso de las ondas del tiempo que confluye con la necesidad en sí del planeta de liberarse de las estructuras de poder e instalar la democracia del poder del individuo.
Como reza el mantra de campaña "yes we can", o los afroamericanos derrapándose por las calles de Nueva York y Chicago empapados de champagne y luces fluorescentes, con altos júbilos en apoteosis de hermandad y potencia, exclamando "todo es posible", y abrazando el arcoiris racial, el canto de la diversidad: ganja quemándose sincrónicamente en Kenya y vibraciones espejo de algarabía, o en Paris algunas piras callejeras de altos vuelos uniendo a los inmigrantes con las sexy rubias francesas y con los horizontes de amplitud y esperanza.
Otra de las vagas razones es el parecido físico, notable hasta cierto punto, entre Obama y Lincoln y la creencia en que el cuerpo es reflejo de la configuración del alma, y como tal es un continuum de memoria física. Además existen detalles como puntos en la noche que se conectan , como un secretario de Lincoln de nombre Barack, cartas astrológicas afines, y una geoacupuntura entre los movimientos políticos de Obama y los de Lincoln, como es los lugares claves de su campaña (una conexión que se podría llamar de Illinois)y su único término en el Congreso antes de llegar a la presidencia.
Aunque claro para los fervientes paladines del newage, la máxima evidencia son los dictamenes o canalizaciones de conciencias elevadas que descargan datos de las estrellas y los ángeles
They’re going to accuse Barack. They’re going to accuse him of conspiring with other countries, of selling out America, of not being patriotic, of being the Anti-Christ and being a Muslim, and everything else. But this one comes back to bring unity, to bring balance. Oh, this one, by the way, very, very spiritual. Abraham/Barack could walk into the room right now – into this room – and sit here and understand and feel comfortable with everything we’re talking about, because there is that quality of Shaumbra with him as well.
(http://www.crimsoncircle.com/channelseries/returning/01returning08-08.htm)Obama como antorcha colectivizante para el portal divino del 2012.
Pero más allá de esto, lo que queda claro es que Obama sí carga un oneroso linaje, el linaje de la transferencia, está vez con una galvanización mayor, hipereléctrica, de irradiar los sueños a una efigie. Y en la figura de Obama encajan con peligrosa perfección los metalenguajes de los íconos de la historia (y no sólo en un sentido luminoso, hay algunos que ven en él "El Papa Negro" del fin de los tiempos de
Nostradamus, Mabus, ObaMaBush), en una fusión notable: su pasado que embona el sueño popular de superación y ascenso meteórico:mesiánico, su interracialidad (raíces judías, cristianas y muslmanas) como la encarnación de la evolución multicultural, cosmopolita, esto aúnado a la igualmente perfecta confluencia histórica de la caída de la fe en la democracia y el capitalismo apoyándose en él como último bastión de su transformación utópica, más el milenarismo dosmildoceano y la emergencia necesaria de un lìder golbal que complete la transición a una conciencia de unidad en el planeta.
Y aunque Obama reúne de forma casí mistica las características necesarias para subvertir la esperanza, es demasiado peso para un ser humano (y no un becerro de oro).
Obama, último popstar de este starsystem. La doble ilusión de nuestros tiempos.