El llamado ‘niño malo del arte danés’ Marco Evaristti ha logrado convencer al convicto, Gene Hathorn, de ceder su cuerpo para una instalación después de ser ejecutado, de acuerdo a la sentencia de muerte que carga desde 1985. Hathorn fue sentenciado por asesinar a su padre, a su madrastra y a su hermanastro en dicho.
Evarissti, famoso por otras instalaciones con soportes políticos como aquella de 2004 donde tiñó completamente un iceberg de rojo, definió así su proyecto al Art Newspaper:“Mi intención es congelar el cuerpo de Gene y después convertirlo en comida para peces. Aquellos que visten la exposición podrán alimentar a los peces dorados con ella.”
En la instalación es ostensible la postura crítica ante la pena de muerte y se inserta en un proyecto más grande. Este, tuvo su primer antecedente con el diseño de ropas especiales para que los convictos sentenciados a muerte utilizaran el día de su ejecución.
Via: The Guardian
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