Luego de observar el abanico de reacciones frente al lanzamiento del navegador de Google, Chrome, el pasado martes, podemos confirmar que sin duda será la noticia del mes en cuanto a novedades en la web. Si bien ya se han detectado algunas fallas de seguridad y algoritmos cuestionables impresos en la programación de este navegador, además de que aún no esta disponible para Mac o Linux, podemos afirmar que Google podría tornarse en un personaje preocupante para el mercado dominado por Internet Explorer y Mozilla Firefox.
La velocidad, la movilidad, y la sinergia con algunas otras herramientas diseñadas por la gente de Google son las más evidentes fortalezas de este nuevo navegador. Hasta ahora, y a pesar de la espectacular escalada de Firefox en los úlñtimos meses, el panorama de los navegadores o browsers es claramente lidereada por Explorer, quien según algunas cifras, aún mantiene el 75% de los usuarios. Chrome es parte de una ambiciosa estrategia de Google, por ir marcando presencia en distintos rubros del mundo digital. A este le seguirá la consolidación de la paquetería de oficina que buscará disputar la hegemonía del Microsoft Office, así como por Android la interfase para dispositivos móviles que Google anunció hace tiempo que lanzará en unos meses.
Por momentos parece cuestionable el estilo corporativo fresco y “sincero” que imprime Google en su bandera mientras navega conquistando desconocidas tierras digitales e incluso disputando territorios ya dominados por otras marcas. ¿Será que el famoso motto de Google “don´t be evil” es parte de una acupúnturica red de poder y negocios de la información, con planes no tan ennoblecedores o genuinos como presumen sus creadores?
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